May 28, 2013

stupidity

Me tiembla el meñique cada vez que intento escribir sobre ti. Palabras sin oídos. Palabras sin remitente. Nunca estás. Nunca has estado. Mi conciencia se empeña en preguntarse qué he olvidado por el camino, qué me faltó por hacer. Yo se que nada. Tú lo sabes también. Vulgaridades entre sábanas, un sinsentido tras otro, a chorro, a presión, sin retorno. Cuando ya está todo fuera no queda nada para dar. Me da pena la próxima persona que quiera compartir un trozito de su vida a mi lado. Me da pena estar escribiendo esto. Me enerva pensar más en tí que en mí, en lo tuyo que en lo mío. Sigo viendo arte en todas las parades, coches azules en cada carretera, botellas de sidra en todas las neveras, te veo de espaldas en cada chimenea, en cada espejo de cada baño. Oigo a Julieta y recuerdo la banda sonora de aquel musical infinito. Mi abuela no para de rellenar huevos y yo no paro de pintar estupideces, además de escribirlas. No abro nuestros álbumes por pavor absoluto. Pero cada puto trece me apuñala. Huelo a pueblo hasta en la ciudad más cosmopolita. Recuerdo el verde de los parques italianos, tu pecho tatuado, cada centímetro de aquel ser alado. Necesito volar y no se cómo. Necesito volar y ya no estás. Todavía me estoy despidiendo. Igual necesito algo más de tiempo. Igual esto aún no ha acabado porque yo no puedo apagar e irme.

No comments:

Post a Comment

ANEURYSM