Apr 25, 2015

cosas de esta noche

Lo único que hago durante el día es comer, trabajar y llorar.
Estoy engordando.
Como mucho y me alimento muy poco.
Hay una polilla en mi baño desde ayer y me da asco.
Me lavo los dientes tres veces al día y aprieto y a ver si sangro y a ver si sangro hasta marearme.
Me ha salido una llaga y me duele cuando como o sea todo el tiempo. 
Me agota pensar. Me cansa pensar. Estoy a punto de caerme.
Hay cosas que duelen más que mi llaga.
Hay cosas que no se ven pero se oyen como los sollozos que mi edredón enmudece por las noches.
Hay cosas que no se oyen pero se ven como mis párpados rosáceos ahora enrojecidos porque sí.
Hay cosas que ni se oyen ni se ven pero están ahí. Llegaron para quedarse. O no. O igual mañana ya han volado con la polilla.
Os imagino en la misma fiesta y me río.
Me río porque estoy cansada, a punto de caerme.
Me río porque ahora ni lloro ni como ni duermo.

Escribo.

Apr 24, 2015

La dificultad de estar agotada

Llevo dos semanas con el corazón en remojo. Lo que hace es absorber, absorber todo lo que le llega, todo lo que le tiran, todo lo que estrujan contra él. Mi corazón está cansado del ácido y luego el azúcar, del virus y luego la cura, de la asfixia y luego el aire. Mi corazón está, con razón, mareado y pequeñito. Y yo, cansada. Cansada de la contradicción en la que has convertido mi vida. Abro la ventana y me he olvidado de cómo volar. Abro las manos y me he olvidado de como recibir. Vacía por un tiempo. Me repito cada mañana que necesito estar vacía de amor. Porque cuando te dan 100 y te quitan 200 y no entiendes cada una de las reacciones que se han generado, una tras otra, ni los paisajes, ni entiendes ya las palabras, entonces necesitas dejar de sentir, dejar de escuchar y dejar de hablar. Cada día cuesta más y cuesta menos. Cada día es más difícil entender cómo se ha llegado hasta aquí. Cada día es más fácil saber que una vez iniciado el viaje no había otra última parada que ésta.

Hasta pronto. O no. Estoy tan cansada que igual ni me despierto.

Apr 18, 2015

hoy es sábado

"Cómo vivir una historia de amor a distancia y no morir en el intento" no existe. Se muere. Se muere un poco cada día. Se muere de tristeza y de amor acumulado. No se puede vivir una historia que ni siquiera tiene nombre. Nadie cree en esta historia. Ni tú, ni siquiera yo. Aún tengo que decirte adiós, pero no puedo despedirme si ya te has ido. Otra vez. Otra vez. Y otra vez. Parece ser que voy corriendo detrás de las piedras. Mientras, solo sueño con llegar a casa. Y cada día un poquito más contigo, y cada día un poquito menos.

Apr 12, 2015

Hoy he ido a misa

Esta mañana soñaba que un chico de color me perseguía muy rápido. Tan rápido que me he asustado y me he despertado. Eran las 6. Despertarse un domingo a las 6 y no poder volver a dormirte es una putada, pero así ha sido. Tras abrir los ojos me he sentido desorientada. Incluso he llegado a pensar que estaba en casa, pero no. Esta mañana había muchas noticias para mí en internet, y no precisamente buenas. Después de la ansiedad y los deseos horribles de no estar más aquí. Después de sentirme profundamente sola, como no me he sentido en mucho tiempo, incluso en años, he decidido que ni quería, ni podía soportarlo, y me he ido a misa. Allí olía raro y había poca gente. He llegado cinco minutos tarde. A la media hora todo el mundo me ha dado la mano mientras susurraba "peace be with you" con una amplia sonrisa. Cuando digo todo el mundo es todo el mundo, cura incluido. Yo no soy creyente pero sí pecadora, por lo que en lugar de comulgar me he quedado sentada en la silla hasta que un hombre ha venido a buscarme y me ha dicho que aunque no quisiera comer el cuerpo de cristo como el resto de personas allí presentes tenía que ir a recibir la bendición del cura, que muy amablemente ha puesto su mano sobre mi hombro y, supongo, me ha bendecido. Al acabar la misa el cura se ha acercado a la última fila, donde me encontraba yo sentada, y me ha vuelto a dar la mano. Ha sido una mañana muy triste y muy extraña. No he oído la misa. Pero mientras mis pensamientos pisaban fuerte ahí arriba yo estaba allí sentada, en la última fila de esa iglesia, con una veintena de ancianos tocándome y sonriéndome, con esa luz que traspasa las ventanas avivando colores, con ese eco espiritual y esos gallos del coro, con ese olor a viejo y cirio quemado, con todos esos salmos distorsionados por los micrófonos.

Apr 11, 2015

Viendo películas no se arregla el mundo. Escribiendo tampoco.

A 6739 pensamientos por segundo no se puede vivir. Y menos cuando todos ellos, en lugar de complementarse se contradicen. Me toco los colmillos con los dedos índice y corazón de la mano izquierda y eso me calma. Segundos después recibo un mensaje de texto: tengo que ir a trabajar cuando el bebé se despierte. Eso no impide que mi cabeza siga planeando atrocidades, como diría Christina R. Soy adicta. Soy obsesiva. Soy idiota. Y no puedo parar de hablar de mí. Cuando me siento atada exijo libertad, pero cuando me abren la puerta me pierdo y enseguida amenazo con volver. Sin embargo, cuando a lo lejos veo que la puerta empieza a cerrarse opto por correr, pero en dirección contraria. No corro hacia puertas entreabiertas, ni corro cuando esa luz que poco a poco va apagándose duele tanto. Perderse está infravalorado. Yo a menudo me pierdo. Entonces es cuando más escribo, cuando más sangro, cuando más vomito.
ANEURYSM