Jul 2, 2014

departure

Cinco minutos de distancia extrema, de evitar miradas, de aparentar torpemente normalidad. Al sexto minuto caí, tropecé, me derrumbaste. No dejé de temblar durante la primera media hora. Lo que debería haber sido un "-Hola, vengo a buscar mis cosas. -Aquí las tienes, hasta luego.", se convirtió en un "-¿Quieres quedarte a cenar?" Maldita invitación. Aquello sonó como la mejor canción en el mejor momento de la noche. No se si notaste mi desesperación, apuesto a que mucho antes que yo. No se si te sorprendió mi actitud en algún momento, a mí, muchísimo. Para nada pensé en que verte iba a significar agitar mi estómago de arriba a abajo a 890 km/hora sin parar. Quién me iba a decir que iba a estar tan mal curada. Supongo que he estado evitando pensar en nosotros durante todo este tiempo creyendo que realmente sí te estaba olvidando. Ayer, al verte, supe que lo que había estado haciendo durante estos meses era ignorar la brecha, y cuando me he dado cuenta la sangre salía a borbotones. Obviamente durante la cena hubo mucho más que comida. Por mi parte ganas infinitas de despertar y de que mis cosas siguieran allí. Ganas de abrazarte tan fuerte. Ganas de besarte tan suave. Y llegó la encrucijada. ¿Y qué hicimos? Querernos un poco diciéndonos adiós. 

Hoy llueve porque estoy triste. Siempre llueve cuando estoy triste. O igual estoy triste porque llueve. Vuelvo a no poder hablar de ti. Tiemblo y tartamudeo. Se me llenan las mejillas de agua salada y ennegrecida. Fue perfecto y sin embargo estoy triste. Fue bonito y sin embargo lloro.

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ANEURYSM