Sep 24, 2014

un, dos, tres, cuatro y deja de contar


A Laura fue a la primera que conocí, corriendo como una loca por el patio de mi casa mientras me llamaba microbio con todo su amor infantil. Aunque en aquél momento le tenía bastante miedo (cosa imposible actualmente con la cara de buenaza que tiene), compartir uno de mis primeros recuerdos con ella me hace tremendamente feliz. A lo largo de los años nos hemos encontrado y desencontrado, pero siempre hemos estado ahí, y últimamente mucho más, y la hecho un de menos que no se lo imagina.
A Iris la conocí durante la pre-adolescencia, aunque la cosa no cuajó hasta que tuvimos los 16. La adoré desde el primer día que quedamos, en el Local, cuando Chuky era todavía un bebé. Las dos acabábamos de pasar por momentos no muy bonitos y conectar fue cuestión de minutos. Ocho años después doy gracias por aquél café, en aquél instante, en aquél lugar y de aquél modo.
A Alberto lo conocí con 15 años y me abrió los ojos. Encontrarlo fue una de las mejores cosas que me han pasado porque me cambió por completo. Descubrí un montón de cosas con él, cosas que nunca nunca nunca olvidaré. Con él nos quisimos desde el minuto uno y hasta el día de hoy. 

A los tres los conocí en momentos distintos de mi vida. Llegó un punto en el que el destino hizo de las suyas y empezamos a salir juntos, acompañados de otras muchas personas. Ese gran grupo que teníamos se fue transformando: unos cambiaron de amigos, algunos se fueron y no volvieron y alguien en particular se fue antes de lo que tocaba y nos está esperando arriba con la mejor de sus sonrisas. Nosotros, sin embargo, pese a haber conocido a un montón de gente nueva debido a los diferentes caminos que cada uno ha tomado, pese a habernos mudado en varias ocasiones, haber crecido, dejado de salir o acarreado con nuevas y preciosas responsabilidades, no nos hemos separado NUNCA. Sé que hubo un momento durante estos años que forman nuestra historia en el que algo hizo click y nuestra relación se volvió invencible, irrompible, infinita. No se qué momento exacto fue ese, pero aseguro que fue al principio, porque yo os adoro desde el día en que os conocí, y doy gracias a esta preciosa vida por poneros en mi camino, por regalarme vuestra compañía, por dejarme compartir mi tiempo vital con vosotros.

Gracias por quererme como lo hacéis. Sois lo más bonito que tengo, y lo más importante, lo más bonito que tendré durante toda la vida.


1 comment:

ANEURYSM