Feb 22, 2016

domingo 21

Nuestros días favoritos, los domingos. Hemos pasado muchos domingos juntos. Hemos compartido muchas cosas en domingos.
Nuestro número favorito, el 21. 
El primer domingo fue 21, el último tenía que serlo, también. Es como un pacto impactado. Al final el que ha decidido no has sido ni tú ni yo, ha sido él, el domingo 21. El día en que empezó la película tenía que ser también el día en que saliera un FIN en medio.
Te dije que siempre había querido una historia así. Le gente me contaba sus movidas emocionales de relaciones tóxicas con personas de las que nunca se separaban y yo siempre pensaba que era como en las películas. Esa devastación interior. Ese no poder más y aún así seguir aguantando. Ese maltrato recíproco, psicológico-verbal. Ese hacerse el mártir porque me hundes pero yo sigo aquí y no me voy porque al final lo que me salva de la vida es esto. Lo que me salva de la vida eres tú. Eras tú. Ese egoísmo innato de contigo no, pero sin ti, tampoco. Esa dependencia físico-emocional inadmisible pero perfectamente deseada. Todo eso que yo veía en las pantallas lo quería para mí. Porque sentir tristeza y ansiedad e insomnio y debilidad y estrés y nervios y orgullo y agotamiento es, muchas veces, sentirse vivo. 
Lo que no contemplé es que las películas duran 2 horas y la vida es la vida y si te pasas tirando del hilo igual se rompe. El nuestro tiene nudos, partes descoloridas y otras muy desgastadas. El nuestro ha estado a punto de romperse muchas veces. Cuando ya hemos visto que demasiadas hemos decidido dejar de estirar. Dejar el maltrato. Dejar el amor mal entregado y mal recibido. Dejar de drogarnos el uno del otro y empezar a reconstruir cada uno su parte de hilo. Ese hilo puede que algún día vuelva a juntarse. En otra situación, de otra forma, en otras circunstancias, con otra finalidad. La madeja sabemos que siempre va a ser la misma. El vínculo. El vínculo Nunca puede desaparecer.

Dec 19, 2015

Serenata

Íbamos a vivir toda la vida juntos.
Íbamos a morir toda la muerte juntos.
Adiós.

No sé si sabes lo que quiere decir adiós.
Adiós quiere decir ya no mirarse nunca,
vivir entre otras gentes,
reírse de otras cosas,
morirse de otras penas.
Adiós es separarse ¿entiendes?, separarse,
olvidando, como traje inútil, la juventud.

¡Íbamos a hacer tantas cosas juntos!
Ahora tenemos otras citas.
Estrellas diferentes nos alumbran en noches diferentes.
La lluvia que te moja me deja seca a mí.
Está bien: adiós.
Contra el viento el poeta nada puede.

A la hora en que parten los adioses,
el poeta sólo puede pedirle a las golondrinas
que vuelen sin cesar sobre tu sueño.

Manuel Scorza

Oct 24, 2015

silencio y tacto

Me pregunto qué echo más de menos, si el tiempo, si el espacio, quizás al ser, quizás a ti. Me cuesta mucho focalizar mi trayectoria mental pero es cierto que todas las vías me llevan a. Al tiempo compartido, al espacio ocupado a medias. A ti, que me mimas con palabras y me quieres con hechos. 
Me pregunto qué echaré más de menos cuando me vaya. Me pregunto si te buscaré, y si lo hiciera, por qué no lo hice antes, por qué no lo hago ahora que te encuentro, a veces. Puede que estés a medias y puede que las probabilidades de que estés del todo sean muchas y puede que me vende los ojos y me tape los oídos y me agarre el corazón para no darme cuenta de que ya va siendo hora de decidir.
Dos destinos me llaman y tú estás en el punto de partida y sé que ahora toca correr y puede que el futuro lo cambie todo pero a la vez respiro en paz porque sé que en realidad el vínculo es irrompible.
Ayer te leí un poema interminable que hablaba sobre una chica que imaginaba a todos los chicos a los que había besado desde 1999 en una misma habitación. Hoy me invento el mismo poema pero sin todos los chicos excepto tú. E imagino cómo te metería en una habitación minúscula y sin luz y te diría todas las verdades que siempre esperas de mi boca entreabierta. Y casi siempre habría silencio porque es mi idioma favorito. Y casi siempre habría tacto porque es mi sentido favorito. Y casi nunca habría lógica porque somos contradicciones que casi nunca se complementan. O igual a veces. O igual siempre. Y después de mi discurso asegurarías que no te he aportado información nueva porque tú ya lo sabes todo, porque no hace falta verbalizarme para convertirme en verdad.

May 27, 2015

Más miedo a la locura que a la propia muerte.

Escucho toda esa música que hace que me rompa un poquito tras cada canción. Las manos me huelen a lejía porque alguien puso el trapo de la cocina en remojo y yo lo usé enseguida. Ahora me muerdo las uñas y me intoxico. Ya todo intoxicado. Me intoxico cada vez que entro en Instagram, sobre todo ayer. Me intoxico cada vez que entro en Tuiter, sobre todo ayer. Luego me hablas y no se me pasa si no que río y lloro y todo a la vez porque soy demasiado cobarde para tal. Y me mandas corazones y yo desearía que fueran corazones de amor pero no. Y me siento tan imbécil pero es ya tan tarde para no serlo que me da igual porque ya sé que lo soy, y tu también lo sabes. Vuelve a sonar la música y yo me he enamorado de un póster en la pared que ni siquiera me pertenece. Ni el póster ni la pared ni los votos ni aquél concierto porque nunca vamos a compartir nada más que cosas de Internet o sea cosas vacías, efímeras, hola y adiós. Ayer casi cumplo un récord, pero no. Y así la vida hasta el verano.

May 8, 2015

discovery channel

Ni siquiera me di cuenta en qué momento empecé a leerte diferente pero estoy segura de que para entonces no sabía ni tu nombre. Nunca te he llamado, todavía. Te leo y también te escribo. Me hablas y me entretienes. Me sé de memoria la canción del vídeo en el que sales hablando con J. En pocos días me sabré incluso tu discurso entretenedor. Leo tu pasado. Observo lo que hacías, con quién y dónde y me siento enferma. ¿Pero enferma de qué? Aún no he sabido interpretarlo. Los movimientos y el calor. Todo junto es nuevo. Yo sigo diciéndome que a estas alturas no puede ser posible. Pero hay unos límites que hace días que me salto. Porque te veo en todas partes sin parar y muy rápido te vas y no te quedas y yo te sigo pero no pero sí pero te veo luego otra vez y esta vez te vas pero más lentamente y me despierto y tengo que esperar hasta la noche para volver a verte y para que vuelvas a marcharte y así hasta el infinito y no me sirve de nada nada porque eso sólo lo controlas tú.

Apr 25, 2015

cosas de esta noche

Lo único que hago durante el día es comer, trabajar y llorar.
Estoy engordando.
Como mucho y me alimento muy poco.
Hay una polilla en mi baño desde ayer y me da asco.
Me lavo los dientes tres veces al día y aprieto y a ver si sangro y a ver si sangro hasta marearme.
Me ha salido una llaga y me duele cuando como o sea todo el tiempo. 
Me agota pensar. Me cansa pensar. Estoy a punto de caerme.
Hay cosas que duelen más que mi llaga.
Hay cosas que no se ven pero se oyen como los sollozos que mi edredón enmudece por las noches.
Hay cosas que no se oyen pero se ven como mis párpados rosáceos ahora enrojecidos porque sí.
Hay cosas que ni se oyen ni se ven pero están ahí. Llegaron para quedarse. O no. O igual mañana ya han volado con la polilla.
Os imagino en la misma fiesta y me río.
Me río porque estoy cansada, a punto de caerme.
Me río porque ahora ni lloro ni como ni duermo.

Escribo.

Apr 24, 2015

La dificultad de estar agotada

Llevo dos semanas con el corazón en remojo. Lo que hace es absorber, absorber todo lo que le llega, todo lo que le tiran, todo lo que estrujan contra él. Mi corazón está cansado del ácido y luego el azúcar, del virus y luego la cura, de la asfixia y luego el aire. Mi corazón está, con razón, mareado y pequeñito. Y yo, cansada. Cansada de la contradicción en la que has convertido mi vida. Abro la ventana y me he olvidado de cómo volar. Abro las manos y me he olvidado de como recibir. Vacía por un tiempo. Me repito cada mañana que necesito estar vacía de amor. Porque cuando te dan 100 y te quitan 200 y no entiendes cada una de las reacciones que se han generado, una tras otra, ni los paisajes, ni entiendes ya las palabras, entonces necesitas dejar de sentir, dejar de escuchar y dejar de hablar. Cada día cuesta más y cuesta menos. Cada día es más difícil entender cómo se ha llegado hasta aquí. Cada día es más fácil saber que una vez iniciado el viaje no había otra última parada que ésta.

Hasta pronto. O no. Estoy tan cansada que igual ni me despierto.
ANEURYSM